El cultivo y cuidado de Bonsái abarca las técnicas para cultivo de pequeños árboles en recipientes, denominado bonsái en la tradición japonesa de esta forma de arte. Existen prácticas similares en otras formas de arte japonés y otras culturas, incluido el saikei (japonés), penjing (chino), y hòn non bộ (vietnamita). Es difícil cultivar árboles en recipientes, que limitan el crecimiento de sus raíces, la absorción de nutrientes, y los recursos para transpirar (principalmente humedad del suelo). Además de las limitaciones a las raíces que imponen los recipientes, los troncos de los bonsáis, sus ramas, y follajes son manipulados y conformados en gran medida para alcanzar ciertos objetivos estéticos. Se utilizan herramientas y técnicas especiales para proteger la salud y el vigor de los árboles. A lo largo del tiempo, la manipulación artística de árboles pequeños en recipientes ha dado origen a varios métodos de cultivo y cuidado que satisfacen los requerimientos artísticos y prácticos del bonsái.
El término bonsái es en
general utilizado en español como un término abarcador de todos los árboles en
miniatura en recipientes o macetas. En este artículo bonsái es
usado para denominar todo árbol que es cultivado en un recipiente que es
conformado con cierta frecuencia, no solo uno que es mantenido según la
tradición bonsái japonesa.
Es posible crear un bonsái a partir de
casi cualquier especie de árbol o arbusto leñoso perenne1 que produzca ramas verdaderas y
hacer que permanezca con dimensiones reducidas mediante confinamiento en maceta
y podado de su fronda y raíces. Algunas especies son populares como material de
bonsái ya que poseen ciertas características tales como hojas o agujas
pequeñas, que las hacen apropiadas para el esquema visual compacto del bonsái.
Las técnicas de cultivo de bonsái son diferentes de otras técnicas de cultivo
de árboles en cuanto permiten que árboles maduros (aunque de dimensiones muy
reducidas) crezcan en recipientes pequeños, sobreviviendo con estructuras
radiculares y de fronda extremadamente limitadas, y que puedan soportar amplias
y frecuentes manipulaciones relacionadas con su estilo
Fuentes de material para bonsái
Todos los bonsái comienzan con un
espécimen de material base, una planta que el horticultor desea adaptar para
convertirla en un bonsái. La práctica del bonsái es una forma inusual de
cultivar plantas en la que rara vez se parte de semillas para obtener el
material base. Para poder obtener la apariencia añosa de un bonsái dentro de un
lapso de tiempo razonable, se prefiere que la planta base ya posea un
crecimiento parcial o sea madura. Un espécimen puede ser elegido
específicamente para bonsái por poseer ciertas características estéticas, tales
como una edad natural avanzada en un espécimen recolectado en estado salvaje, o
un tronco libre de heridas en un ejemplar de vivero. O alternativamente puede
ser elegido por razones que no están ligadas con lo estético, tal como la
rusticidad del clima local del horticultor o el bajo costo (en el caso de
materiales recolectados).
Propagación[editar]
Se puede promover el
desarrollo de raíces en esquejes de plantas que luego se pueden desarrollar
como bonsái.
Aunque toda técnica de propagación puede
producir material base para bonsái, solo algunas técnicas son preferidas ya que
permiten producir rápidamente un tronco relativamente maduro con ramas
apropiadamente ubicadas.
Esquejes Al extraer un esqueje, se corta
parte de una planta y se la coloca en un suelo apropiado para que desarrolle
raíces. Si la parte que se corta es relativamente gruesa, como por ejemplo una
rama madura, se la puede desarrollar en un bonsái que parezca de edad avanzada
más rápidamente que si se parte desde una semilla. Desafortunadamente, los
esquejes más delgados y jóvenes tienden a desarrollar raíces con mayor
facilidad que aquellos esquejes más gruesos o más maduros.2 Para la propagación de bonsái los
esquejes por lo general proveen material base que debe ser cultivado durante
cierto tiempo antes de poder comenzar a pensar en desarrollarlo como bonsái.
Acodo Acodo es una
técnica en la cual se promueve el desarrollo de raíces en una parte de la
planta, por lo general una rama, mientras que aun se encuentra conectada con su
planta madre. Luego de haber echado raíces la rama es cortada de su madre y
cultivada como una entidad independiente. Para producir material para bonsái,
es posible realizar tanto acodo en el suelo como en una rama en el aire
(colocando una bolsita con tierra alrededor de la zona donde se desea promover
el desarrollo de raíces), al transformar una rama madura en el tronco de un
árbol nuevo.3 El punto en el cual se promueve
el desarrollo de raíces puede encontrarse cerca a un punto de ramificaciones
laterales, de forma que el árbol con raíces resultante disponga en forma
inmediata de un tronco grueso y ramas bajas, características que son deseadas
en la estética de un bonsái.
Horticultores comerciales de bonsái[editar]
Los horticultores comerciales de bonsái
pueden usar cualquiera de los medios disponibles para obtener material base
para desarrollar bonsái, desde propagación mediante semillas hasta expediciones
de recolección, pero por lo general venden especímenes maduros que presentan
características estéticas de bonsái. El horticultor desarrolla los especímenes
base antes de la venta, y los árboles se encuentran listos para ser exhibidos a
penas se los compra. Sin embargo, aquellos que deciden comprar bonsáis que han
sido desarrollados con fines comerciales enfrentan ciertos desafíos, especialmente
si se compran bonsáis provenientes de otros países. Si el clima local del
comprador no es muy similar al clima en el cual el bonsái fue creado, la planta
tendrá dificultades para sobrevivir y crecer. Por otra parte la importación de
material vivo desde un proveedor extranjero a menudo se encuentra fuertemente
controlada por la legislación y puede requerir de licencias o permisos
especiales.
Vivero comercial[editar]
Un vivero de plantas es
un emprendimiento agrícola en el que se propagan y cultivan plantas que no son
bonsái, de manera que alcancen un tamaño apropiado. Los viveros por lo general
ofrecen ejemplares jóvenes pero viables, que se encuentran en macetas con una
cantidad suficiente de suelo como para permitir a las plantas sobrevivan una o
dos temporadas antes de ser trasplantadas a una ubicación permanente. Dado que
el árbol de vivero ya se encuentra alojado en una maceta, se puede comenzar a
desarrollar un bonsái a partir de él en forma inmediata. La gran cantidad de
plantas que se pueden observar en una visita a un vivero o centro de jardinería
permiten al comprador identificar plantas que posean características
especialmente favorables para bonsái. Según hace notar Peter Adams, una visita
a un vivero "ofrece la oportunidad de elegir un tronco de manera
instantánea".3 Un problema con los especímenes
obtenidos de vivero es que por lo general se encuentran conformados de acuerdo
a formas populares, por ejemplo con casi un metro de tronco sin brotes que se
eleva desde el suelo. Sin ramas en la parte baja del tronco, es difícil a
partir de un espécimen base desarrollar un bonsái.
Recolección[editar]
La recolección de bonsái consiste en
encontrar material de bonsái apropiado en su estado salvaje, removerlo de su
posición, y replantarlo en un recipiente para su desarrollo como bonsái. La
recolección puede comprender materiales salvajes de zonas boscosas naturales, o
especímenes cultivados que se los puede encontrar en parques y jardines.4Por ejemplo, plantas maduras de
parquizaciones que son desechadas en un sitio en construcción pueden brindar
excelente material para desarrollar un bonsái. Árboles que han formado parte de
cercos vivos, y que durante muchos años han sido podados a una altura
determinada, poseen troncos gruesos y retorcidos que atraen a los recolectores
de bonsái. En aquellos sitios que se encuentran en cercanías de una frontera de
árboles (la línea más allá de la cual no crecen árboles, sea a causa de la
altitud, temperatura, humedad del suelo, u otras condiciones), es posible
encontrar sobrevivientes con cierta edad y naturalmente enanos.
El principal beneficio de recolectar
especímenes para bonsái es que los materiales recolectados pueden ser maduros,
y tener las marcas naturales y formas de su edad, lo cual las hace más
apropiadas para desarrollar bonsái comparado con las plantas jóvenes que se
obtienen en los viveros. El menor costo es otro posible beneficio, ya que una
licencia de recolección de árboles a menudo es más barata que la compra de los
árboles en un vivero. Algunas de las dificultades de recolectar incluyen el
poder encontrar especímenes adecuados, conseguir el permiso para extraerlos, y
el desafío de mantener con vida un árbol maduro mientras se lo adapta y
trasplanta a una maceta bonsái.
Técnicas de estilizado
En este enebro se han
utilizado técnicas jin (ramas muertas) como shari (madera muerta en el tronco).
Los bonsái son manipulados y estilizados
en forma cuidadosa para mantener la miniaturización, para aparentar antigüedad,
y alcanzar los objetivos estéticos del horticultor. El estilizado de árboles
también se realiza en otras prácticas como ser topiaria y niwaki.
Sin embargo en el bonsái, el artista posee un control importante sobre cada
elemento del árbol, porque es de dimensiones reducidas y es posible desplazarlo
con facilidad y trabajar en él. La gran escala de los árboles naturales hace
que el estilizado deba quedar limitado a la poda y a conformar el volumen
exterior una vez durante cada temporada de crecimiento, sin realizar podas
dentro de la fronda ni tampoco doblado de ramas individuales. En cambio en un
bonsái que se prepara para exhibición, se evalúa sobre la conveniencia de podar
o mantener cada hoja o aguja, y cada rama puede ser conformada con alambre
todos los años. Dadas estas diferencias en cuanto alcance y propósito, para el
estilizado del bonsái se recurre a varias técnicas de estilizado que o bien son
exclusivas del bonsái o (si es que son utilizadas en otras formas de cultivo)
se las utiliza de maneras especialmente adecuadas para alcanzar los objetivos
de desarrollo del bonsái.
Eliminación de hojas
Esta técnica comprende la eliminación
selectiva de hojas (para la mayoría de las especies de árboles caducifolios) o
agujas (para las coníferas o algunos otros) de las ramas de los bonsái. Una
técnica estética común en los diseños bonsái es exponer las ramas del árbol por
debajo de grupos de hojas o agujas. En muchas especies, particularmente las
coníferas, esto significa que aquellas hojas o agujas que se extiendan por
debajo de sus ramas deben ser removidas. Para algunas variedades de coníferas,
tales como el abeto, las ramas poseen agujas desde el tronco hasta su extremo y
muchas de dichas agujas pueden ser removidas para mostrar la forma de la rama y
su corteza. También se puede utilizar la eliminación de agujas y brotes en
coníferas para forzar al brote en madera adulta, lo cual es algo que ocurre de
manera natural en muchas coníferas.3 Junto con la poda, la remoción de
hojas es la actividad más común que se utiliza para el desarrollo y
mantenimiento de bonsái, y es la actividad que se realiza con mayor frecuencia
lo largo del año.
Podado
Las pequeñas dimensiones del árbol y
cierto enanismo del follaje son el
resultado de la poda del tronco, las ramas, y las raíces. A menudo la poda es
el primer paso para transformar un espécimen de planta recolectado en un
candidato para bonsái. La parte superior del tronco puede ser descartada para
hacer que el árbol sea más compacto. Ramas grandes y pequeñas que no se ajustan
al plan del diseñador serán eliminadas por completo, y otras serán recortadas
para ajustarse al plan. Por lo general la poda posterior durante el ciclo de
vida del bonsái es menos severa, y es realizada para por ejemplo aumentar
la ramificación o
promover el crecimiento de ramas que no han sido podadas. Si bien la poda es
una práctica importante y común en el bonsái, la misma debe ser realizada con
cuidado, ya que un podado inadecuado puede debilitar o matar los árboles.5 Sin embargo, es necesario
realizar una poda cuidadosa a lo largo de la vida de árbol, para mantener el
diseño básico del bonsái, que de otra forma podría desaparecer bajo el
crecimiento natural descontrolado de ramas y hojas.
Uso de alambre
En este espécimen de
bonsái se observa un gran trabajo de alambre.
La envoltura de las ramas y/o el tronco
con alambre de cobre o aluminio permite al diseñador del bonsái
crear la forma general que desea y hacer ajustes particulares en la disposición
de ramas y hojas. Cuando se usa alambre en ramas nuevas o brotes, el mismo
mantiene a las ramas en la posición deseada hasta que las mismas lignifiquen (se convierten en madera). El
tiempo requerido es por lo general de 6 a 9 meses o una temporada de
crecimiento en árboles caducifolios, pero puede ser de varios años para
coníferas tales como pinos y abetos, que mantienen su flexibilidad a lo largo
de varias temporadas de crecimiento. También se utilizan alambres para conectar
una rama con otro objeto (por ejemplo, otra rama o la misma maceta) de forma
que el tensionado del alambre ejerza fuerza sobre la rama. Algunas especies
lignifican débilmente, y en algunas especies las ramas son demasiado rígidas o
frágiles para ser dobladas con facilidad. Estos casos no se prestan al
conformado mediante alambres, y las formas se obtienen principalmente mediante
poda.
Grampas
Para especímenes de mayor porte, o
especies con madera más rígida, los artistas del bonsái utilizan dispositivos
mecánicos para darle forma a los troncos y ramas. Los más comunes son grampas
con tornillo, las cuales pueden enderezar o doblar una porción del bonsái
mediante una fuerza mucho más grande que la que provee un alambre. Para evitar
dañar al árbol, las grampas son ajustadas en forma gradual a lo largo del
tiempo y producen cambios a lo largo de períodos de meses o aun años.
Injertos
En esta técnica, se injerta material
nuevo (por ejemplo un brote, rama, o raíz) en una zona preparada bajo la
corteza del árbol. Existen dos propósitos principales para injertar en un
bonsái. Primero, existen varias especies de las favoritas que no se desarrollan
bien como bonsái sobre su pie de raíces y por ello a menudo sus troncos son
injertados en un conjunto de raíces más resistente. Por ejemplo tal es el caso
del arce rojo japonés y el pino negro japonés.3 Segundo, el injerto permite al
artista del bonsái agregar ramas (y a veces raíces) donde se las precisa para
mejorar o completar el diseño de un bonsái.6 7 Existen numerosas técnicas
de injerto, ninguna exclusiva del bonsái, las
mismas comprenden injerto de rama, injerto de brote, entre otras.
Deshojado
Es posible realizar la miniaturización
del follaje durante un lapso corto en ciertos bonsáis caducifolios mediante el
deshojado parcial o total de la planta durante la temporada de crecimiento. No
todas las especies pueden sobrevivir a esta técnica. Para deshojar un árbol
sano de una especie apropiada, casi todas o todas las hojas son extraídas
mediante el corte del peciolo (el delgado
tallo que conecta una hoja con su rama) de cada hoja. Posteriormente los
peciolos se secan y se desprenden o son quitados a mano una vez que se han
secado. Los árboles responden produciendo una nueva camada de hojas. Las hojas
nuevas son por lo general mucho más pequeñas que aquellas de la primera camada,
llegando a veces a medir la mitad de la longitud y ancho. Si el bonsái es
exhibido en este momento, las hojas pequeñas contribuyen en gran medida a la
estética del enanismo del bonsái. Este cambio en el tamaño de las hojas por lo
general no es permanente, y las hojas de la primavera siguiente a menudo
tendrán el tamaño normal. El deshojado debilita al árbol y por ello no debe
realizarse dos años seguidos.8
Madera muerta
Los horticultores de bonsái pueden crear
o modelar madera muerta utilizando las técnicas de jin y shari para
simular edad y madurez del bonsái. Jin es el término que se utiliza cuando se
quita la corteza de toda una rama para crear la impresión de una sección de
madera muerta. Y shari es el proceso de quitar zonas de corteza del tronco para
simular heridas naturales producto de una rama desgajada o el impacto de un
rayo. Además de extraer la corteza, las técnicas de madera muerta también
pueden incluir el uso de herramientas para producir cicatrices o para resaltar
su grano, y el uso de químicos (por lo general polisulfuro de calcio)
para blanquear y preservar la madera muerta.
Cuidado
Los árboles pequeños que se cultivan en
recipientes, tales como el bonsái, requieren de un cuidado especializado. A
diferencia de la mayoría de las plantas del hogar, arbustos de flor, y otras
especies de maceta, las especies de árboles salvajes por
lo general desarrollan raíces individuales de varios metros de largo y
estructuras de raíces que abarcan un volumen de cintos o miles de litros de
suelo. En cambio, un recipiente de bonsái típico permite que las raíces crezcan
mucho menos de 1 m, y posee una capacidad de 2 a 10 litros de suelo y masa de
raíces. El crecimiento de ramas y hojas (o agujas) en los árboles es también en
grandes dimensiones. Los árboles salvajes por lo general alcanzan alturas de 5
metros o más cuando adultos, mientras que un bonsái de grandes dimensiones rara
vez sobrepasa 1 metro y la mayoría de los especímenes son mucho más pequeños.
Estas diferencias en el tamaño afectan la maduración, transpiración, nutrición,
resistencia a las pestes, y muchos otros aspectos de la biología del árbol.
Para mantener la salud a largo plazo de un árbol en un recipiente se requiere
de varias técnicas especializadas de cuidado.
Medio ambiente de cultivo
La mayoría de las especies de bonsái son
árboles y arbustos que en forma natural deben crecer en el exterior. Ellos
requieren de condiciones de temperatura, humedad, y luz natural que se asemejen
a las condiciones de su clima nativo a lo largo de todo el año. La habilidad
del horticultor puede ayudar a que un bonsái proveniente de fuera de la zona de
rusticidad local sobreviva y se desarrolle correctamente, pero para ello se
requiere de un riego adecuado, protección de sol excesivo o del viento, y
posiblemente protección durante el invierno (por ejemplo utilizando camas frías
o invernaderos).2
Las especies comunes de bonsái
(particularmente aquellas usadas tradicionalmente en Japón) son árboles de
clima templado de zonas de rusticidad 7
a 9, y precisan temperaturas moderadas, humedad moderada, y sol pleno en verano
con un período de letargo en invierno que pueden ser próximas al punto de
congelación. Estas especies no prosperan en ambientes cerrados, en los cuales
la luz es muy tenue, y la humedad a menudo es demasiado baja, para que estas
plantas puedan crecer de forma apropiada. Solo durante su período de letargo es
posible traerlas en forma seguro al interior, y aun así las plantas requieren
temperaturas bajas, riego escaso, y condiciones de luz que se aproxime a las
horas de luz en que el sol es visible. El elevar la temperatura o brindarles
más horas de luz que las disponibles en el entorno exterior natural pueden
resultar en que el bonsái salga de su letargo, lo cual a menudo lo debilita o
lo mata.
Aun en el caso de especímenes de bonsái
que son nativos de la zona del horticultor, el cultivo en exteriores requiere
de prácticas de cultivo específicas para asegurar la sobrevivencia a largo
plazo del bonsái. Los árboles utilizados en bonsái se encuentran limitados en
cuanto a que deben crecer en una maceta relativamente pequeña. Ello reduce en
gran medida el volumen de las raíces y suelo que normalmente se encuentran
disponibles en un árbol que crece libremente, y hace que las raíces se
encuentren mucho más próximas a la superficie del suelo que lo que ocurriría en
estado natural. Los árboles es en macetas bonsái tienen mucho menos acceso al
agua y a los nutrientes que en su ambiente natural, y el confinar las raíces
modifica sus patrones de crecimiento e indirectamente el patrón de crecimiento
e la parte de la planta que se encuentra por encima del suelo.
El horticultor tiene cierto control
sobre las siguientes variables ambientales, y si los controla en forma efectiva
para especímenes individuales puede asegurar la salud de las especies nativas
que se cultivan como bonsái, e inclusive puede cultivar con éxito algunas
especies no nativas.
·
Regado: Las diferentes especies de árboles
poseen raíces con distintas tolerancias a la humedad del suelo. Algunas
especies toleran un mojado permanente, mientras que otras son propensas a la
podredumbre si el suelo permanece mojado por períodos prolongados. Una práctica
estándar de bonsái es cultivar los árboles es en una mezcla de suelo que drene
rápidamente, de forma que las raíces no se encuentran mojadas durante un
periodo prolongado. Para compensar por la relativa poca capacidad de retención
de agua del suelo de bonsái, es preciso regar con mayor frecuencia. El árbol
absorbe humedad suficiente para sus necesidades mientras el agua pasa a través
del suelo, luego el suelo se seca lo que disminuye las posibilidades de podredumbre.
Es responsabilidad del horticultor asegurarse que se riega la planta con la
frecuencia adecuada para satisfacer los requerimientos de riego frecuente que
exigen ciertos bonsáis, o por el contrario limitar el regado en aquellos que
prefieren poca agua o cuyas raíces tienen facilidad para podrirse.
·
Volumen del suelo: Si a un bonsái se le brinda un gran
volumen de suelo se lo está invitando a que desarrolle sus raíces, con el
correspondiente crecimiento del resto del árbol. Si el volumen de suelo es
grande, el tronco aumenta de altura y de diámetro, las ramas existentes
aumentan de tamaño y se desarrollan ramas nuevas, y el volumen del follaje se
expande. El horticultor puede mudar un bonsái externo de una maceta a una caja
de entrenamiento o al suelo libre para estimular este tipo de crecimiento. Si
el árbol es colocado nuevamente en una maceta de bonsái el crecimiento del
árbol reducirá su ritmo o se detendrá por completo, y puede llevar a la muerte
de la planta si el volumen del follaje es demasiado grande para el reducido
sistema de raíces que le debe dar sostén. La gestión del volumen de suelo
disponible para el árbol le permite al horticultor controlar el tamaño del
bonsái, y aumentar su vigor y hacer crecer nuevas ramas toda vez que sea
preciso para un nuevo proceso de estilizado.
·
Temperatura: Las raíces de los bonsái en macetas se
encuentran sujetas a variaciones de temperatura mucho mayores que las raíces de
los árboles que penetran en la tierra. En bonsái de especies nativas, las
temperaturas locales por lo general no causan daño al árbol. Para el bonsái de
un clima nativo más cálido, el horticultor puede mejorar sus posibilidades de
éxito, aislando el árbol de las condiciones locales durante el invierno, o
aumentando de manera activa la temperatura de bonsái durante la temporada fría.
Para árboles de climas ligeramente más cálidos que el local, las macetas bonsái
pueden ser parcialmente enterradas en el suelo y cubrirse con una capa aislante
de compost u hojas. En el caso de árboles es que provengan de climas
significativamente más cálidos, es posible elevar las temperaturas utilizando
invernaderos, de forma que los árboles es relativamente jóvenes no sean
expuestos a temperaturas por debajo de las que pueden soportar. Ello puede
extender artificialmente la temporada de crecimiento del bonsái, afectando los
calendarios de riego y fertilización.
·
Luz natural: Por lo general los árboles requieren
una importante cantidad de luz natural, y la mayoría de los bonsái necesitan de
luz natural directa durante la temporada de crecimiento para desarrollarse
correctamente. Algunas especies de bonsái tolerantes
a la sombra no se desarrollan correctamente si recibe un exceso
de luz natural directa, por ello es importante que el horticultor preste
atención a satisfacer las necesidades específicas en cuanto a luz de cada
espécimen de bonsái. Los bonsái tolerantes a la sombra se colocaran detrás de
barreras (paredes, edificios), u otras estructuras que reduzcan el impacto de
la luz natural directa.
Un bonsái con sus
raíces expuestas, listo para plantarlo en su maceta.